San Cristóbal de las Casas, Chiapas, méxico, a 23 de mayo de 2001.
For Glenn Welker,
For his valuable friendship and participation in the translation of our books:
Yes I have many words for his words:
A special one is called light;
Another one, song.
United and composed I name it,
The Song of the light,
That and another one are not the poetry:
The effort by the work of men,
By its high geometry in the understanding:
Substance of the poetry.
The light, thus, is sonorous, is made to listen
In as much as verbalizing its rate, its presence:
Of the men it is the song of the light
And with them they will make the unit of the flight,
It's matter of sentires
With the pain and the history of its towns:
This is the architecture of the poetry.
More down they are the foundations,
The depth to maintain us in the ether,
The humidity warp where the sign is born:
We are going to deny the dark poetry
To give to the word its solid clarity:
This is the blood of the poetry:
A Million echoes vibrating
In each forgotten body, desposite
Of each undernourished body of hatred,
Battered by the avarice, grown
Under its thought:
Denied the song, denied the light,
Denied the ferocious machinery
Call indifference: the poetry is fed here.
The poetry is firm a desposite
Isolated and ordered by whom it observes
And it finds such desposite with his passion of being:
The poetry affirms by the time
Prevented to those who did not have poetry in their hands.
The poetry affirms in the body
By the hands of those from whoms the poetry flows.
With deepest appreciaton
José Antonio Reyes Matamoros
Para Glen Welker,
por su valiosa amistad y su participación
en la traducción de nuestros libros:
Sí tengo muchas palabras para sus palabras:
Una especial se llama luz; otra, canto.
Unidas y compuestas las nombro Canto de la luz,
Esa y no otra es la poesía:
El esfuerzo por el trabajo de los hombres,
Por su alta geometría en el entendimiento:
Substancia de la poesía.
La luz, así, es sonora, se hace escuchar
Por cuanto verbaliza su ritmo, su presencia:
De los hombres es el canto de la luz
Y con ellos harán la unidad del vuelo,
Su materia de sentires
Con el dolor y la historia de sus pueblos:
Esta es la arquitectura de la poesía.
Más abajo están los cimientos,
La profundidad para sostenernos en el éter,
La urdimbre de humedades donde nace el signo:
Vamos a negar la obscura poesía
Por darle a la palabra su sólida claridad:
Esta es la sangre de la poesía:
Millones de ecos vibrando
En cada cuerpo olvidado, en el despojo
De cada cuerpo desnutrido por el odio,
Maltrecho por la avaricia, crecido
Hacia bajo de su pensamiento:
Negado al canto, negado a la luz,
Negado por la feroz maquinaria
Llamada indiferencia:
De aquí se alimenta la poesía.
La poesía es un firme despojo
Aislado y ordenado por quien observa
Y encuentra tal despojo con su pasión de ser:
La poesía se afirma por el tiempo
Impedido a quienes no tuvieron poesía en sus manos.
La poesía se afirma en el cuerpo
Por la manos de quienes fluye la poesía.
Attentamente,
José Antonio Reyes Matamoros